Para la interrupción del embarazo temprano se utilizan dos fármacos: mifepristone y . Embarazo temprano significa que el médico ha confirmado por medio de métodos válidos y fiables, que su embarazo se inició hace 49 días (siete semanas) o menos, calculando a partir del primer día de su última menstruación. No se ha aprobado la administración del mifepristone ni la del misoprostol para la interrupción de embarazos de más tiempo. El mifepristone bloquea la progesterona, hormona necesaria para la continuación del embarazo. El embarazo se interrumpe cuando además se administra el segundo fármaco, misoprostol, el cual provoca contracciones uterinas.

Lo que debe hacer

Debe consultar a su médico tres veces. Durante la primera visita, el médico determinará el tiempo de embarazo. Antes de poder recibir el primero de los dos fármacos para comenzar el proceso de , deberá leer una guía sobre el fármaco y discutir los beneficios y riesgos relacionados con el uso del mifepristone. Si decide seguir este procedimiento, deberá firmar un formulario de consentimiento donde se indicará que ha comprendido los riesgos que entraña. Después del examen físico, en el consultorio médico le administrarán unas píldoras de mifepristone.

Después de dos días deberá regresar al consultorio para determinar si sigue embarazada o no. Si sigue embarazada, se le administrarán unas píldoras de misoprostol para inducir las contracciones de parto. El sangrado vaginal y el dolor abdominal son parte normal del proceso de aborto y se presentan en la mayoría de las pacientes. El misoprostol puede también causar náuseas, vómito, diarrea y otros síntomas. Es posible que el médico le recete otros medicamentos contra estos síntomas, para que los tome en su casa.

Deberá regresar al consultorio para una visita de seguimiento, dos semanas más tarde. El médico determinará si el embarazo se ha interrumpido. Si todavía sigue embarazada, deberá someterse a un procedimiento quirúrgico.

Eficacia de la píldora

En pruebas de investigación realizadas en los Estados Unidos, 92.1% de 827 mujeres sometidas a este tratamiento tuvieron abortos médicos completos. El resto (7.9%) debió someterse a intervenciones quirúrgicas por diversas razones, entre las que figuraban: sangrado profuso, pedido de la paciente, abortos incompletos y continuación del embarazo, después de la administración de los fármacos.

Riesgos asociados con el

Existe la posibilidad de que se presenten ciertos riesgos y complicaciones a causa de este tipo de aborto. No todos los riesgos se refieren a todas las pacientes. Deberá discutir este procedimiento con su médico, para obtener más información sobre los riesgos que le atañen.

Como se indicara anteriormente, el sangrado vaginal y los dolores abdominales se pueden presentar en la mayoría de las pacientes. En algunos casos, el sangrado puede ser profuso. Debe considerar que puede tener sangrado o manchado por un período de nueve a 16 días. Algunas mujeres tienen sangrado durante 30 días o más. En algunos casos, un sangrado profuso puede requerir transfusiones de sangre, tratamiento con medicamentos, cirugía o transfusiones de solución salina. Entre los efectos secundarios más comunes figuran: náuseas, vómito y diarrea.

El índice de muertes relacionadas con abortos es de menos de un caso por cada 100,000 abortos. Es sumamente importante que reciba atención médica si siente efectos secundarios fuera de los normales, y en caso de urgencia. Hable con su médico sobre las complicaciones y pídale su número de teléfono, por si tiene alguna pregunta o duda, o necesita atención de urgencia.

A causa del aborto, algunas mujeres pueden sentir depresión, sentimientos de culpa, enojo, trastornos del sueño, o falta de interés en el trabajo o en las relaciones sexuales. Se recomienda ayuda profesional si estos síntomas llegan a ser intensos o persistentes.

Quiénes no deben usar mifepristone ni misoprostol

No tome estos fármacos si sabe que no podrá acudir al médico para las visitas de seguimiento. Las tres consultas son sumamente importantes.

No tome estos fármacos si:

  • se ha confirmado o se sospecha que tiene un embarazo fuera del útero (por ejemplo, un embarazo tubario);
  • tiene una masa no diagnosticada en la parte inferior del abdomen;
  • tiene implantado un IUD (se deberá quitar antes del procedimiento);
  • tiene algún problema con las glándulas suprarrenales;
  • está tomando un para diluir la sangre;
  • tiene antecedentes de alergia al mifepristone, al misoprostol o a otros medicamentos que contengan estos fármacos;
  • tiene trastornos hemorrágicos, o actualmente está recibiendo terapia anticoagulante;
  • tiene porfirias (rara enfermedad hereditaria de la sangre).

No tome estos fármacos, a menos que se los recete un médico cualificado para dispensar mifepristone. Según las leyes federales, solo puede recetar mifepristone un médico que tenga:

  • la capacidad de determinar el tiempo del embarazo con precisión;
  • la capacidad de diagnosticar un embarazo fuera del útero;
  • o la capacidad de poder intervenir quirúrgicamente en caso de sangrado profuso o de aborto incompleto;
  • la de disponer de antemano de otros que puedan proveer tal atención y poder asegurarle a la paciente el acceso a instalaciones médicas equipadas para transfusiones de sangre y reanimación, si fuese necesario.

No existe información alguna sobre la inocuidad y eficacia del mifepristone en mujeres con problemas médicos crónicos, como enfermedades cardiovasculares, hepáticas, respiratorias o nefrológicas; presión arterial alta; diabetes insulinodependiente y anemia aguda; o que son fumadoras empedernidas.

Riesgos asociados con el embarazo y el parto

La mayoría de los embarazos son normales. La mayoría de los partos se presentan sin problemas cuando la atención prenatal y durante el parto es buena. No obstante, un pequeño porcentaje de mujeres embarazadas requieren hospitalización o atención especial por complicaciones del embarazo. Algunas de estas complicaciones que pueden requerir hospitalización, o que pueden provocar la muerte, son: sangrado profuso, infecciones o presión arterial alta inducida por el embarazo. El índice de muertes relacionadas con el embarazo es, aproximadamente, de ocho por cada 100,000 embarazos.

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